Las aventuras de Huckleberry Finn
Las aventuras de Huckleberry Finn
En pocas palabras
¿Qué obtienes al mezclar al mejor escritor de novelas de humor con un esclavo prófugo, un niño callejero y una gran dosis de lenguaje ofensivo?
El resultado es un libro que fue prohibido en las aulas y bibliotecas de todo el país desde el momento de su publicación en los Estados Unidos en 1885; y un libro que ha formado parte de las listas de lecturas obligatorias de la secundaria durante casi el mismo tiempo.
Las aventuras de Huckleberry Finn, obra de Mark Twain, se considera una continuación de la novela del mismo autor Las aventuras de Tom Sawyer, y nos transporta al mundo sureño y prebélico (es decir, "anterior a la guerra") de Tom y sus alocadas aventuras.
Pero esta vez, los sucesos presentan un cariz más arriesgado que "alocado". Huckleberry Finn es un niño pobre cuyo padre es un borracho violento. Huck escapa y no tarda en encontrarse con otro fugitivo, pero éste no huye solamente de un padre malvado, sino de todo un sistema opresivo basado en la discriminación racial: la esclavitud.
Este encuentro plantea una disyuntiva ética (o lo que es lo mismo, un "dilema") a Huckleberry. Él es consciente de que, de acuerdo a la ley, debería entregar a Jim, el esclavo huido. El problema es que empieza a verlo como una persona real, en lugar de, ya sabes, como la propiedad de alguien. (No me digas, Huckleberry…).
Cuando Twain publicó Huckleberry Finn primero en 1884 en Canadá y el Reino Unido, y más tarde en Estados Unidos en 1885, la obra fue censurada de inmediato, pero no por sus ocasionales comentarios racistas o el uso de la palabra prohibida en inglés que empieza con "n" y hace referencia a la gente de color. Nopo. Fue prohibida porque era considerada "vulgar" debido a su representación de los delincuentes de clase baja, y por cosas como el momento en el que Huck se rasca.
Cincuenta años después, Huckleberry Finn ya había pasado a formar parte de la tradición literaria estadounidense. Tanto T. S. Eliot como Ernest Hemingway la consideraban una de las obras más importantes jamás escritas en Estados Unidos, y aun así, seguía estando censurada, y fue expurgada y adaptada a una época (un tanto) menos tolerante con el racismo.
En Shmoop nos encantan los libros prohibidos, y no solo porque seamos unos rebeldes sin causa. Nos gustan porque el hecho de que una obra esté prohibida significa que hay alguien a quien el tema le molesta, y si a alguien le molesta que se hable de un tema, entonces sabemos que el libro plantea algo importante. Y Diosito… ¡si planteará temas importantes Huckleberry Finn!
La lista de cuestiones espinosas es interminable: ¿Es correcto ser dueño de otras personas? (Pista: no), ¿debemos acatar las leyes si estás son erróneas? (Esta no es tan sencilla), ¿son los individuos más importantes que la sociedad? (Preferimos no decir nada de nada respecto a esta otra).
Piénsalo así: Huckleberry Finn sugiere que los valores morales aceptados por la sociedad están mal. Normalmente, las escuelas públicas (y la mayoría de las privadas) se ciñen a estos valores morales, aunque, siendo honestos, en la mayor parte de los casos no están faltos de razón: no hagas trampa, muestra respeto, sé puntual, etc. Sin embargo, no cuesta ver que los colegios se resistan a permitir que sus estudiantes lean un libro que les sugiere que la conciencia individual debería primar sobre las reglas y leyes que sigue toda la sociedad.
¿Y a mí qué?
¿Puede una palabra herir más profundamente que una espada?
Las canciones de hip-hop están llenas de la palabra prohibida en inglés que empieza con "n" y hace referencia a la gente de color. En Django Unchained, Quentin Tarantino la usa en casi todas las frases (o sin el casi, lo cierto es que no las contamos), y Huck no tiene ningún reparo en referirse a su supuesto amigo con ese mismo vocablo ofensivo.
Los artistas de hip-hop dicen que reivindican la palabra y la usan para definir a una comunidad; Tarantino afirma que trata de mostrar el racismo de la esclavitud de forma precisa; y Mark Twain tan solo intentaba representar el dialecto de la época, escribiendo una de las primeras novelas estadounidenses que recurren al lenguaje de personas reales en vez de al literario.
¿Pero significa eso que tenemos que leerlo ahora? ¿Podemos leer la obra en el aula como si de un fragmento de historia se tratara, o acaso la palabra "n…" sigue teniendo la misma connotación racista del pasado? ¿Fue correcto sustituir la palabra "n…" por "esclavo" en una edición de 2011, o se trata de un mero acto de censura que pretende cambiar una importante obra literaria?
No estamos seguros, pero lo que sí sabemos es que las palabras importan, y que es importante leer este libro.
Frase Clave
"Bueno, maldita sea, tenemos que hacerlo. ¿No te he dicho que está en los libros? ¿Quieres hacerlo dis-tinto de los libros y que salga todo al revés? "