Escenario en Todo se desmorona

Escenario en Todo se desmorona

Los pueblos de Umuofia y Mbanta de la tribu Igbo en Nigeria, alrededor del 1900

La ambientación en Nigeria, al final del siglo XIX, es extremadamente importante; permite que la vida de Okonkwo esté a caballo entre la pre y la post Europa imperial. Como Okonkwo experimenta ambos períodos, los lectores tenemos una ventana a los cambios dramáticos que ocurrían en la cultura y la sociedad de Igbo como resultado del imperialismo. Por ejemplo, vemos cómo se tratan de dos formas distintas el asesinato: Okonkwo es exiliado por siete años bajo las leyes de Igbo, mientras que a Aneto lo cuelgan bajo la ley de la corte blanca, por un crimen similar.

También vemos dos ejemplos distintos de cortes y de justicia. En el sistema de justicia tradicional de Igbo, los lugareños llevan sus quejas al grupo de nueve ancianos vestidos como dioses enmascarados, y ellos, unidos y públicamente, arreglan las disputas. Sin embargo, cuando el hombre blanco llega, establecen sus propias cortes que arreglan las disputas beneficiando al mejor postor y discuten el caso a espaldas de todos, tendiéndole una trampa al respetado hombre del clan que viene a la corte para tener una discusión civilizada. Estos son solo algunos ejemplos de cómo el escenario temporal permite hacer una clara y fácil comparación entre la forma de vida en Igbo antes y después de que llegaran los europeos.

El escenario físico de pueblos en el bosque es extremadamente importante. El clan Umuofia tiene un sistema religioso elaborado, muy arraigado en su ambiente natural. Están rodeados de un bosque denso y oscuro; la selva es respetada y temida ya que es el dios jefe, el Bosque Maligno. La diosa tierra también es reverenciada y temida. Como agricultores, los Umuofia confían completamente la producción de los terrenos y le temen a la sequía y a las inundaciones. La diosa tierra es vista como la que controla el clima y la productividad, tanto es así que el clan tiene una estructura social hecha para no desagradar o enojar a la diosa tierra. El miedo a ofender a la diosa tierra, es motivo de castigo para muchos crímenes, como el exilio de siete años que sufre Okonkwo por matar a un miembro del clan. La descripción de Achebe del aislamiento de los Umuofia y su completa dependencia de los recursos naturales, hacen entendibles sus prácticas y su cultura a la audiencia occidental.