Padre Gonzago
Si esto es lo mejor que la iglesia local tiene para ofrecer, que Dios nos agarre confesados. El padre Gonzaga está inquieto por la llegada del hombre alado y quiere determinar oficialmente si se trata o no de un ángel:
"Asomado a las alambradas repasó un instante su catecismo, y todavía pidió que le abrieran la puerta para examinar de cerca de aquel varón de lástima que más parecía una enorme gallina decrépita entre las gallinas absortas".
Pone a prueba al recién llegado hablándole en latín y después envía un montón de cartas al Papa a Roma, pero nunca llega a descubrir su verdadera naturaleza. Puede que sea muy culto, pero carece de imaginación o de un sentimiento verdaderamente religioso.
Al igual que la vecina, él tampoco es un personaje totalmente desarrollado, sino una representación de una determinada forma de ver el mundo y está claro que a través de sus ojos no tenemos una imagen muy clara.