Escenario en Las uvas de la ira

Escenario en Las uvas de la ira

Sallisaw, Oklahoma; Ruta 66; California central (Bakersfield, Hooverville, Weedpatch, Tulare)

No por nada los llaman trabajadores migrantes, esta gente no para de moverse. Nos da ganas de zambullirnos en la historia, al estilo Mary Poppins en los dibujos de tiza, y dejar que todo el mundo caiga sobre nuestro sofá.

El contexto geográfico de Las uvas de la ira cambia constantemente porque los personajes están en continuo movimiento. Sin embargo, sí sabemos que la historia está ambientada a finales de la década de 1930, en medio de la Gran Depresión, y es realmente deprimente.

Este lugar es realmente un "tazón de polvo"

Comenzamos en Sallisaw, Oklahoma. Nuestro narrador nos proporciona exhaustivas y vívidas descripciones del caos que provocaron las tormentas de polvo. Después de un período de sequía en junio, aparecieron nubes de lluvia, pero en lugar de traer lluvias, las nubes desaparecieron y a su paso solo dejaron fuertes vientos; estos, a su vez, levantaron el polvo que se había ido acumulando durante la sequía. Nuestro narrador describe así este proceso:

A day went by and the wind increased, steady, unbroken by the gusts. The dust from the roads fluffed up and spread out and fell on the weeds beside the fields, and fell into the fields a little way. Now the wind grew strong and hard and it worked at the rain crust in the corn fields. Little by little the sky was darkened by the mixing dust, and the wind felt over the earth, loosened the dust, and carried it away. The wind grew stronger. The rain crust broke and the dust lifted up out of the fields and drove gray plumes into the air like sluggish smoke. The corn threshed the wind and made a dry, rushing sound. The finest dust did not settle back to earth now, but disappeared into the darkening sky […] The dawn came, but no day. In the gray sky a red sun appeared, a dim red circle that gave a little light, like dusk; and as that day advanced, the dusk slipped back toward darkness. (1.5-7)

La novela comienza con este horrible acontecimiento, y vemos cómo lleva a los Joad y a otras familias arrendatarias a la desesperación y la pobreza. Con la cosecha arruinada y todo su mundo cubierto de polvo, los granjeros no tienen nada que hacer. El polvo lo cubre todo y:

[...] every moving thing lifted the dust into the air: a walking man lifted a thin layer as high as his waist, and a wagon lifted the dust as high as the fence tops, and an automobile boiled a cloud behind it. The dust was long in settling back again. (1.3)

Finalmente, cuando el polvo se asienta: "it settled on the corn, piled up on the tops of the fence posts, piled up on the wires; it settled on the roofs, blanketed the weeds and trees" (1.9). Este es el devastador telón de fondo de Las uvas de la ira.

Pueblo fantasma

La soledad impregna la novela porque sabemos que la tierra está vacía y está llena de casas igualmente vacías. Tom Joad se aterra cuando regresa a la granja familiar, después de cuatro años, y la encuentra completamente deshabitada. La granja fue abandonada, pero no hay rastro de actos vandálicos. Por lo general, cuando una familia deja su casa, los lugareños entran para llevarse lo que queda y la madera de la estructura, y los niños tiran piedras a las ventanas.

Pero la casa de los Joad está intacta, lo cual significa que no debe de haber muchas familias en los alrededores... y eso quiere decir que todo lo relacionado con la tierra está vacío.

El hogar es donde está el corazón... especialmente cuando no tienes nada excepto el corazón

La casa del tío Joad es muy pequeña para toda la familia Joad, pero no deja de ser una casa. Esta es "a square little box, unpainted and bare" y se encuentra junto al granero "low-roofed and huddled" (8.20). Además, tiene una pequeña chimenea de estaño. A la familia le gusta reunirse junto a la puerta de la entrada, donde algunos se apoyan en la casa y otros se ponen en cuclillas. El patio delantero es el terreno que rodea la puerta de entrada de la casa. Cuando los propietarios ordenan a los conductores de los tractores arar el patio delantero de un granjero arrendatario, es una clara falta de respeto, debido a que el patio delantero es un lugar de reunión y esparcimiento muy importante para la familia.

Cuando los granjeros empacan sus pertenencias y viajan al oeste, sus camionetas se convierten en sus casas y se acostumbran a rutina de manejar durante el día y acampar durante la noche. Nuestro narrador describe este nuevo "hogar" maravillosamente bien:

The house was dead, and the fields were dead; but this truck was the active thing, the living principle. The ancient Hudson, with bent and scarred radiator screen, with grease in the dusty globules at the worn edges of every moving part, with hub caps gone and caps of red dust in other places – this was the new hearth, the living center of the family; half passenger car and half truck, high-sided and clumsy. (10.76)

Los Joad y otros viajeros aprenden a escuchar sus automóviles para detectar cualquier signo de mal funcionamiento o fallo mecánico: el auto les aporta seguridad y es su medio de supervivencia.

Mamá 66

La Ruta 66 se extiende desde Missouri hasta Bakersfield, California. Era la carretera principal utilizada por las familias para dirigirse hacia el oeste en dirección a California:

Highway 66 is the main migrant road. 66 – the long concrete path across the country, waving gently up and down on the map, from the Mississippi to Bakersfield –over the red lands and the gray lands, twisting up into the mountains, crossing the Divide and down in to the bright and terrible desert, and across the desert to the mountains again, and into the rich California valleys. (12.1)

Nuestro narrador describe a la Ruta 66 como "the mother road, the road of flight" (12.1). Permite a las familias perseguir sus esperanzas y sueños, cuando, en realidad, las lleva hacia la desesperanza y la miseria.

A medida que las familias viajan hacia California, empiezan a confiar los unos en los otros y acampan juntos durante la noche. Cuando esto ocurre, aprenden a crear pequeños y sofisticados mundos en sus campamentos, repletos de leyes tácitas y códigos que no pueden romperse. De lo contrario, el castigo es la muerte o el aislamiento. Los mundos funcionan de forma tan eficiente e intrincada como cualquier pueblo o ciudad.

El sueño californiano

Una vez en California, los Joad se quedan anonadados con su belleza y su rica y exuberante tierra. Hay huertos y campos por todos lados; la tierra es fértil y húmeda. Sin embargo, la vida es peligrosa y desgarradora en este hermoso estado. Muchas familias migrantes continúan moviéndose de un lugar a otro, instalando campamentos llamados Hoovervilles (su nombre se debe al presidente Herbert Hoover) en las afueras de los pueblos.

Los Joad acampan en un Hooverville, pero no es nada divertido. De hecho, es todo lo contrario. El Hooverville está lleno de gente hambrienta, a la que no le queda nada y que lucha para alimentar a sus hijos. Sus tiendas están hechas jirones, viven en chozas improvisadas y tienen una apariencia descuidada. Weedpatch, por el contrario, es un campamento del gobierno con hermosos baños, agua corriente, duchas con agua caliente, comités con elecciones propias, bailes, bandas de instrumentos de cuerdas y residentes que cuidan los unos de los otros.

Los Joad viven un tiempo en un vagón abandonado cerca de Tulare, California. Son una de las primeras familias en descubrir el vagón y, poco después, muchas otras familias ocupan la tierra y acampan alrededor de los vagones. Los Joad se sienten como la realeza porque su casa es cálida, seca y tiene techo. Pero después, llega el invierno californiano y, con él, las fuertes lluvias. Estas mojan e inundan la tierra y los Joad se ven obligados a marcharse.

California se representa como un lugar ferozmente hermoso, pero increíblemente peligroso. Tras el telón de fondo del crecimiento y los cultivos, las familias se mueren de hambre.