La cuestión de la alegoría

La cuestión de la alegoría

No pretendemos que leas Cometas en el cielo como si se tratara de una alegoría. No queremos que nos imagines en una esquina de la calle susurrando a los transeúntes: "Anímate, léelo como si fuera una alegoría. Te sentirás estupendamente bien". Dicho esto, Hosseini dice explícitamente que Cometas en el cielo es una obra alegórica (fuente).

De hecho, el autor declaró en su momento que el pasaje de la violación es una alegoría. Sin embargo, en el libro describe ese incidente en el callejón de forma minuciosa, y es difícil imaginarse otra cosa. Tanto detalle hace que la alegoría se camufle todavía más. Es cierto que Hosseini nos revela que esa escena es alegórica, ¿pero no se supone que la alegoría es más un esbozo que un dibujo completo? ¿No hay un punto en el que la alegoría, si tiene los suficientes detalles y realismo, se convierte en una imagen? ¿Un punto en el que la escena se hace tan realista que es difícil recordar que hace referencia a otra idea? Con esto queremos decir que puedes leer el pasaje del callejón como una alegoría y como una imagen. Nosotros tampoco estamos seguros de cómo interpretarlo. Por un lado, Hosseini asegura que se trata de una alegoría, pero, por el otro lado, tiene el realismo de una imagen. Tú decides, aunque al final, es probable que sea más agradable si lo entiendes como una alegoría.

Llegados a este punto, puede que te preguntes: ¿y cómo puedo leer Cometas en el cielo como una alegoría? Pues bien, los capítulos que preceden a la violación de Hassan, la Unión Soviética invade Afganistán. Esto significa que, en términos alegóricos, Amir representaría la comunidad internacional que se mantuvo al margen mientras los soviéticos "violaban" Afganistán. Al menos así es como lo entendemos nosotros. No olvides que más tarde Amir se convierte en ciudadano americano, por lo que no sería muy arriesgado aventurar que representa a la comunidad occidental.

Vayamos un paso más allá: así como la comunidad internacional no protegió a Afganistán, Amir tampoco hizo lo propio con Hassan. Además, Assef, el autor del crimen, no es 100 % afgano, ya que su madre es alemana. La alegoría quedaría perfecta si fuera rusa. Sin embargo, a los amantes de las alegorías debería bastarles con que descienda de un país extranjero vinculado a un gobierno totalitario.

En resumidas cuentas: es posible interpretar Cometas en el cielo como una alegoría, pero no es un requisito indispensable para disfrutar del libro. Los temas de guerra, violencia y abandono están tan presentes que la mayoría de los lectores conectarán la historia con la política internacional sin pensar: "Amir debe representar a la comunidad internacional". En realidad, la cuestión de la alegoría o no alegoría es similar a la duda sobre qué palo de golf usar. Respuesta: deja de pensar en eso porque cualquiera de ellos te llevará al verde.