Jay Gatsby
Si inventáramos un personaje basado pura y exclusivamente en un reestreno de Laguna Beach, obtendríamos algo muy, muy parecido a Jay Gatsby: un reflejo increíblemente perfecto y fabulosamente embellecido de los sueños y fantasías de un niño pequeño. Veamos cómo terminó así.
Sus orígenes: Jimmy Gatz
Ya desde su infancia en un campo rural de North Dakota sin contactos, dinero ni educación, Jimmy Gatz tenía un plan: iba a sortear sus circunstancias y lograr ser alguien importante. Y, por suerte, su papá guardó el plan. Es un poco largo, pero vale la pena citar el texto completo:
En la última hoja estaba escrita la palabra "horario" y la fecha septiembre 12 de 1906; y debajo:
Levantarme de la cama…………………………………………… 6:00 AM
Ejercicio de pesas y de escalar………………………………….. 6:15 a 6:30 AM
Estudiar electricidad, etc. ………………………………………… 7:15 a 8: 15 AM
Trabajar……………………………………………………………. 8:30 a 4:30 PM
Béisbol y deportes………………………………………………… 4:30 a 5:00 PM
Practicar locución, pose y cómo lograrla…………………….. 5:00 a 6:00 PM
Estudiar inventos necesarios…………………………………… 7:00 a 8:00 PM
RESOLUCIONES GENERALES
No perder tiempo en Shafters o (un nombre indescifrable)
No fumar o mascar chicle
Bañarse día de por medio
Leer cada semana un libro o una revista cultos
Ahorrar cinco dólares (tachado) tres dólares semanales
Ser mejor con los padres (9.104)
Este plan no es como una simple resolución de año nuevo de dejar de comer pastel todas las noches (¿qué? ¿Nosotros somos los únicos que hacemos esto?) o de poner la ropa sucia siempre en el canasto: es un cambio íntegro, un reajuste total y completo de la personalidad. Y por si no entendimos bien el plan, su papá aparece en la novela y nos lo interpreta: "Jimmy estaba destinado a salir adelante. Siempre tenía alguna resolución o algo por el estilo. ¿Notó aquello que pone sobre mejorar la mente? Siempre fue muy bueno para eso. Una vez me dijo que yo comía como un cerdo, y le pegué por ello" (9.108).
Lo que también nos dice esta listita es que James Gatz creía en el sueño americano. Creía que uno realmente puede subir de estatus social mediante el trabajo arduo, la resolución y el dominio propio; lo mismo que creía otro jovencito pobre que armaba rutinas diarias y que se llamó Benjamin Franklin. La autobiografía de este prócer estadounidense contiene una rutina diaria sospechosamente parecida a la de Don Gatz. Además cabe notar que, al igual que a Don Franklin, al joven James le gustaban la electricidad y los inventos…
El problema, tal como lo experimenta Gatsby (que ya no es Gatz) en la historia, es que en realidad no es así como funciona la cosa. El sueño americano no es más que eso: un sueño. Lo único que obtuvo con todo ese trabajo arduo y disciplina fueron ganancias ilícitas, que lo terminaron llevando a la muerte prematura.
El hombre adulto: Jay Gatsby
Jimmy Gatz murió el día en que fue remando al yate de Dan Cody. En ese momento nació un hombre nuevo: Jay Gatsby. Al igual que Nick, nos genera desconfianza al principio, pues cuando conocemos a Jay Gatsby vemos a un hombre con mucho dinero, con muchos conocidos pero muy pocos amigos. Los rumores que circulan a su alrededor lo pintan como una especie de superhéroe o supervillano misterioso.
—Alguien me dijo que creía que una vez había asesinado a un hombre.
Un escalofrío nos sacudió. Los tres señores Mumble se inclinaron hacia adelante para escuchar mejor.
—No creo que sea eso —arguyó Lucille escéptica—; es más bien que fue espía alemán durante la guerra.
Uno de los hombres hizo un gesto de confirmación.
—Me lo contó un hombre que lo sabe todo acerca de Gatsby, pues creció con él en Alemania —nos aseguró muy convencida.
—¡Oh no! —Dijo la primera chica—; eso no puede ser, porque él estuvo en el ejército americano durante la guerra.
Al volver a creer nosotros en su versión, ella se inclinó para adelante entusiasmada.
—Obsérvenlo en algún momento en que crea que nadie lo está mirando. Les apuesto que mató a un hombre. (3.30-35)
Es de suponer que Gatsby efectivamente haya matado a alguien en algún momento durante la guerra, pero el hecho de que estos invitados de sus fiestas estén tan errados en cuanto a su vida nos indica lo privada que la mantiene. Su espectacular estilo de vida pareciera estar tan lejos de la disciplinada rutina de James Gatz que cuesta creer que se trate de la misma persona. Pero de todos modos, al fin y al cabo, Gatsby no puede huir de su pasado, por mucho que intente disfrazar sus orígenes:
La verdad es que aquel James Gatsby de West Egg, Long lsland, surgió de la concepción platónica que se había hecho de sí mismo. Era hijo de Dios—una frase que, de significar algo, significa exactamente eso, y debía estar al tanto del negocio de Su Padre, al servicio de una belleza vasta, vulgar y prostituida. Entonces se inventó la clase de James Gatsby que le hubiera gustado inventar a un chico de diecisiete años, y a esta concepción le fue fiel hasta el final. (6.6-7)
Lo que quiere decir Nick es que Jay Gatsby está hecho a imagen de la imaginación de James Gatz. Para entender a Jay, tenemos que entender los anhelos de un muchachito de diecisiete años. Dicho de otro modo, hoy en día, Jay Gatsby se haría pasar por uno de esos multimillonarios puntocom que andan con modelos exóticas y directores de cine: exactamente lo que un muchachito que vive en una zona suburbana sueña con ser.
El niño es el padre del hombre
Una de las cualidades que Gatz y Gatsby tienen en común es la resolución, ya sea de salir de Dakota del Norte o de recuperar a Daisy. ¿Levantarse a las seis de la mañana para levantar pesas? Pues claro. ¿Estudiar inventos necesarios durante dos horas todas las noches? Totalmente. ¿Ahorrarse montones de plata ganada por medios ilícitos durante tres años para comprarse una casa al otro lado de la bahía donde vive su amor, que encima está casada? Ni lo dudes.
Y además tiene otra cualidad infantil: es inquieto. Así lo describe Nick:
Se estaba balanceando en el guardafangos de su carro con aquella agilidad de movimiento tan peculiar en Norteamérica, producto, supongo, de la ausencia de trabajos pesados o de rigidez al sentarse en la juventud, y de la gracia informe de nuestros juegos, nerviosos y esporádicos. Esta costumbre que se le escapaba todo el tiempo a su manera puntilloso de ser, daba la apariencia de inquietud: nunca se quedaba quieto del todo, se mantenía dando golpecitos con el pie en alguna cosa, o cerrando y abriendo la mano con impaciencia. (4.12-13)
Como te habrás dado cuenta, lo que describe este fragmento va más allá de un simple tipo que no se queda quieto; Gatsby pasa a ser una representación de Estados Unidos en sí mismo: inquieto, ingenioso y activo. Además de la resolución, son estas las cualidades con las que describimos a nuestros próceres, como Benjamin Franklin y George Washington. (Seguramente Gatz conocía las historias de éstos y otros próceres—y también las novelas de Horatio Alger, en las que abundan los muchachos como Gatz que, gracias al trabajo arduo y a su moral, lograron conseguir grandes riquezas y fama).
Y Gatsby siempre conserva ese carácter inocente propio de los niños. Parecerá mundano y deshonesto, pero en realidad nunca fue cínico ni corrupto. Cuando Daisy y él empiezan su amorío "lo consumía ahora el asombro por la presencia de Daisy" (5.113). No puede creer que ella lo termine eligiendo a Tom en vez de a él, como en verdad tampoco se imagina que Tom se tomará la molestia de vengarse. El mundo de Gatsby sigue siendo el sencillo mundo de Dakota del Norte, las historias de aventuras y la idea de que tanto la gente como el mundo funcionan de forma predecible. Es este dejo de inocencia lo que (en nuestra opinión) hace que la historia sea tan trágica.
La leyenda: el Gran Gatsby
La pregunta del millón: ¿qué es lo hace grande al Gran Gatsby? Por fuera, Gatsby/Gatz es un tipo a quien su riqueza enfermiza, sus negocios sospechosos y su misteriosa proveniencia hacen tan fascinante como repulsivo: los que van a sus fiestas aprovechan su dinero contentos, pero todos saben que hay algo en él que no cierra del todo.
Nick es una de las pocas personas (quizá hasta la única) que llega a entenderlo verdaderamente al final de la historia. Para Nick, lo que hace "grande" a Gatsby no es solamente su extravagante estilo de vida y el fascinante enigma de su riqueza, sino el hecho de que, en el fondo de su corazón, no le importan ni la riqueza, ni el estatus social ni ninguna de las otras cosas bellas que plagan al resto en su mundo superfluo. Por el contrario, lo que motiva a Gatsby es la más dulce y tonta de las emociones: el amor.
Desde este punto de vista, es su amor por Daisy, y no la avaricia ni la verdadera ambición, lo que lo incentiva a reinventarse. Esta inmaculada y transparente meta lo coloca muy por encima del resto de la enfermiza gente. Si bien intentó hacer realidad su "sueño incorruptible" mediante métodos deshonrados, uno no puede más que sentir lástima por Gatsby; habrá sido un tonto a veces, pero fue tonto por amor.
Al final, a pesar de que es un millonario que se creó a sí mismo sobre la base de puras mentiras, Nick lo destaca como la única persona real en un grupo de falsos: "vales más que todo ese maldito grupo junto" (8.45). ¿Te parece que Nick tiene razón?