Señorita Watson
¡Dios mío! La señorita Watson no va a dejar en paz a Huck. Como una de las cuidadoras de Huck antes de que su padre lo robe, la señorita Watson es definitivamente la seudo mamá menos favorita del chico. Nos la imaginamos constantemente regañándolo y jalándole la oreja. La señorita Watson nunca se casó, y al comienzo de la novela, simplemente aparece con su hermana, la viuda Douglas. Huck la describe como “una solterona más bien flaca, que lleva gafas” (1.6). Tiene poca paciencia cuando Huck no entiende ciertas cosas, como las historias de la Biblia o cómo funcionan las oraciones. Cuando la señorita Watson trata de vender a Jim río abajo, lejos de su familia, su reputación en la mente de Huck, si ya era mala, empeora.
Al final, la señorita Watson se redime (o algo así); se siente culpable por tratar de vender a Jim, así que lo deja libre. Pudo haberse molestado al verlo correr, pero en vez de eso, en realidad siente compasión. Así que a pesar de lo que podríamos pensar, al final parece tener un buen corazón.