El pañuelo
El símbolo más dominante en la obra es el pañuelo. Como Otelo se lo da a Desdémona como primer regalo, el pañuelo representa una prueba de su amor y Desdémona así lo aprecia (3.3.1). Por esto Yago convence a su esposa de robárselo a Desdémona, él sabe que tiene un enorme valor sentimental y que Otelo se molestará cuando se entere de que su esposa ya no lo tiene.
Yago también sabe que, para Otelo, el pañuelo simboliza la fidelidad de Desdémona. Cuando ve que lo tiene Casio, Otelo cree que Desdémona le ha sido infiel. El pañuelo tiene un bordado de fresas rojas, y Otelo le dice a Desdémona que las fresas fueron cocidas a mano con un hilo teñido con la sangre de “corazones de vírgenes” es decir, sangre de vírgenes (3.4.10). De esta forma, el pañuelo se asemeja a las sábanas de la noche de bodas que también han sido manchadas con la sangre de una virgen. Por lo tanto, en la mente de Otelo, mientras Desdémona tenga el pañuelo, seguirá siendo casta. Pero en el momento que lo pierde, con él pierde también su castidad.
El pañuelo también parece funcionar como un símbolo del pasado misterioso de Otelo y su “exotismo”. Le dice a Desdémona que un “encantador” egipcio se lo dio a su madre y que haría que su padre se mantuviese “fiel” y bajo un hechizo (3.4.9). Que ese pequeño objeto tenga un peso tan enorme en la obra atestigua la sensibilidad de las mentes celosas, y la forma en que pequeños incidentes pueden ser psicológicamente magnificados y terminar siendo “pruebas” de amor o traición.