Ikemefuna

Ikemefuna es un niño de quince años de un clan vecino, Mbaino, que llega a Umuofia como sacrificio por haber matado a una mujer del lugar. Vive con la familia de Okonkwo por tres años antes de que los ancianos ordenen matarlo. En esos tres años, se encariña con la familia de Okonkwo, especialmente con Nwoye. Okonkwo, de hecho, lo prefiere a él por encima de su propio hijo, ya que considera que Ikemefuna es un joven prometedor y trabajador. Como Okonkwo participa en su asesinato, se ve perseguido por su culpabilidad en toda la novela.

Desde el comienzo, Ikemefuna es la víctima perfecta; su destino está completamente fuera de control desde que es separado de su familia a una temprana edad por un crimen en el que no participó, y del cual ni siquiera sabe algo. En su nueva vida, Ikemefuna es objeto de los caprichos de su nuevo padre y de los ancianos de Umuofia, en cuyas manos descansa su destino.

Ikemefuna es un excelente ejemplo de cómo los miedos que tiene Okonkwo de ser igual a su padre (femenino y cobarde) lo llevan a tomar decisiones de las cuales luego se arrepentirá. Forma parte del asesinato de Ikemefuna porque tiene miedo de ser catalogado como débil, para luego ser perseguido por su remordimiento y, además, esto marque una distancia permanente con su hijo, Nwoye.