Resumen de 1984
Cómo se desenvuelve la historia
La historia da comienzo un frío día de abril de 1984 en Oceanía, una superpotencia totalitaria en la Europa posterior a la Segunda Guerra Mundial. Winston Smith, que trabaja como editor de registros (no, policiales no) en el Ministerio de la Verdad, arrastra los pies hasta su apartamento en las casas de la Victoria (de victoriosas no tienen nada) para comer. Deprimido y agobiado, comienza a escribir un diario sobre sus ideas contrarias al Partido. Si lo descubren, su castigo será la muerte. Eso sí que es jugar con fuego. Como medida de precaución, solo escribe cuando está a salvo de las telepantallas de vigilancia. Y cuando empieza a hacer efecto la ginebra de la Victoria.
En el trabajo, Winston se empieza a interesar por la muchacha de pelo negro (también conocida como Julia), una mecánica del Departamento de Novela. En un principio teme que sea miembro de la Policía del Pensamiento, pero sus sospechas infundadas se desvanecen cuando ella le pasa una nota en el pasillo que dice: "Te quiero". A partir de ese momento comienzan a verse en secreto, primero reuniéndose en el bosque, y más tarde en un cuarto rentado, encima de la tienda del señor Charrington, en el distrito de los proles. Todos estos lugares están fuera del alcance de las pantallas de vigilancia, o eso creen.
Conforme se van enamorando el uno del otro, la opinión de Winston sobre el gobierno (el Partido) va cambiando. Hay algo acerca de Ingsoc que no le acaba de convencer. ¿Será la manipulación? ¿Las modificaciones de la historia? ¿La opacidad que lo envuelve todo? Winston se siente atraído por la Hermandad de revolucionarios porque, pues eso, son revolucionarios. Con el tiempo, Winston contacta con O’Brien pensando que también es miembro de la Hermandad, cuando en realidad pertenece a la Policía del Pensamiento. O’Brien le asegura que recibirá una copia "del libro", un manifiesto de la resistencia que supuestamente explica el cómo y el porqué del movimiento.
Desafortunadamente, Winston nunca descubre el porqué. En su lugar, es torturado, pero antes de eso, la Policía del Pensamiento los detiene a ambos. Por lo visto, ese escondite secreto no era tan secreto después de todo. Luego la pareja es llevada al Ministerio del Amor, donde se tortura, interroga y reintegra a los criminales y opositores al Partido antes de su puesta en libertad y ejecución final. O’Brien es el que está detrás de las sesiones de tortura de Winston.
Meses más tarde, Winston es enviado a la habitación 101, donde los detenidos deben enfrentarse a sus peores miedos. En su caso son las ratas… ¿No podía ser otra cosa? Tras imaginarse a un motón de ratas mordiéndole la cara, grita: "¡Házselo a Julia!". Eso era lo que O’Brien quería oír, por lo que Winston queda en libertad y vuelve a incorporarse a la emocionante "carrera de ratas". Ya un hombre libre, Winston solo siente amor por el Partido. De hecho, cuando él y Julia se reencuentran por casualidad, lo único que experimentan es indiferencia. Este desenlace representa la conversión y destrucción del último hombre que quedaba en Europa. Una buena forma de expresarlo, George.