Ojos claros

Los ojos son el espejo del alma

En El dador hay una clara asociación entre los que pueden recibir recuerdos y las personas de ojos claros. En realidad, no hay ninguna explicación que lo aclare (y no tendría mucho sentido que nos pusiéramos a especular sobre el tema, ya sea apelando a la lógica o a la ciencia).

Es mejor interpretar esta asociación como un recurso artístico empleado por Lowry para que hagamos ciertas conexiones. Por un lado, de algún modo Jonás está predestinado a ser el Receptor: nació con las características adecuadas para ese puesto; es la persona indicada para desempeñar la función; se supone que tal sea su destino.

Los ojos claros también nos indican que Jonás y el Dador comparten un vínculo especial, algo que otros, por mucho que lo intenten, nunca tendrán:

Jonás asintió. El hombre tenía muchas arrugas y sus ojos, aunque penetrantes con su inusitada claridad, parecían cansados. La piel de alrededor estaba oscurecida en círculos de sombra.

—Veo que es usted muy viejo —replicó Jonás con respeto. A los viejos siempre se les trataba con el mayor respeto. (10.36–37)

Del mismo modo, los ojos son indicio del estrecho vínculo que se forma entre Jonás y Gabriel. Sospechamos que pasa algo ya antes de que Jonás le transfiera recuerdos al pequeño.

¿Pero por qué los ojos? ¿Y por qué ojos claros? Jonás dice que siempre pensó que ese rasgo encerraba algo especial, que de alguna manera significaba "profundidad". De hecho, Jonás ve más allá que los demás. Percibe el mundo de forma distinta, más reflexiva, contemplativa y perspicaz; por lo que tiene sentido que sus ojos sean distintos de los de los demás.