El Sr. Bennet
El Sr. Bennet cometió un error que le cambió la vida: casarse con su esposa. Ahora es un sarcástico y generalmente distante padre y esposo.
Orgullo y Prejuicio es acerca de las consecuencias. ¿A qué nos referimos? Bueno, piensa en la forma en que las comedias románticas funcionan hoy en día. Dos personas se conocen de una forma boba, se separan por tonterías y luego, al final, se vuelven a unir. Es como los cuentos de hadas, con el “vivirán felices para siempre” implicado, pero nunca mostrado. Sin embargo, en Austen, podemos ver una opción del “para siempre”, con una sensación bastante clara de que algunos “para siempre” son mejores que otros.
Con todo esto en mente, imaginemos cómo habrá sido el romance entre el Sr. y la Sra. Bennet. Una chica hermosa y amante de la diversión de la clase media, conoce a un tipo divertido perteneciente a la parte baja de la nobleza. Sienten una gran atracción, y ¡bam! todo termina en una linda ceremonia de bodas.
Suena perfecto ¿verdad? Bueno, resulta ser que la genio que escribió la novela nos muestra cómo termina esa inicial atracción después de 22 años. Resulta ser que elegir a tu esposa basado solo en la apariencia y la química sexual, como que no es una buena idea. De hecho, las repercusiones son bastante terribles, ya que el Sr. Bennet simplemente se lava las manos, no solo de su esposa, sino de su familia completa; se burla de ellos y hace comentarios odiosos de sus vidas, pero la falta de respeto hacia su esposa se traduce básicamente en su infantilismo.
En todo caso, aunque no es un excelente esposo ni un padre responsable, creemos que es más o menos inteligente. El Sr. Bennet es sarcástico, ingenioso y perspicaz. El sujeto es frecuentemente un espectador perplejo en medio de situaciones desagradables (es decir, su matrimonio) pero siempre tiene un comentario conciso o una observación que hacer. Elizabeth hereda las dos cosas, su sentido del humor y su habilidad para ver la luz en la oscuridad.
Por suerte, Elizabeth no hereda sus cualidades menos deseables: juicio precario y flojera, por ejemplo. No nos importa cuánto haya rogado y fastidiado Lydia, fue una mala decisión haberla dejado ir a Brighton. Y en serio, no ahorrar para el futuro de sus hijas no fue otra cosa que tontería y flojera. En vez de tomar un rol activo en su familia, el Sr. Bennet prefiere esconderse en su librería y relegar las responsabilidades.
Ok, pausa. Debemos intentar hacer una última declaración en defensa del Sr. Bennet. Aunque puede ser bastante desagradable con sus hijitas, en realidad se preocupa por Elizabeth. Le advierte acerca de casarse con alguien que no quiere o respeta. Nos imaginamos que no quería que su hija pasara por lo mismo que él ha pasado.