Harpo

Harpo tiene que enfrentar ciertos problemas. Él es esencialmente un buen muchacho que disfruta las tareas domésticas, como cocinar y cuidar de la casa. Sin embargo, como la sociedad y el comportamiento de su padre le dicen que el trabajo doméstico es solo para mujeres, Harpo se busca conflictos innecesarios en su vida. Si fuera por él, estaría contento de tener una relación armoniosa con su esposa Sofía. Sin embargo, por creer que un hombre que se considera un "macho" debe dominar a su esposa, se causa problemas maritales todo el tiempo.

A medida que se desarrolla la novela, Harpo comienza a sentirse cómodo consigo mismo y se da cuenta de que es muy feliz siendo un padre de tiempo completo. Harpo es uno de los muchos ejemplos en esta novela de personajes que no encajan en los "roles" típicos de su género.