Ernest Defarge

Ernest Defarge

Si tuviéramos que elegir un buen revolucionario, ese sería Ernest Defarge. Está harto de los excesos y la crueldad de la aristocracia: cuando el Marqués atropella a un niño, le tira a Defarge una moneda de oro para comprar su silencio. Defarge, a su vez, se la lanza en la cara.

Irónicamente, esta acción mimetiza la de su antiguo maestro, el Dr. Manette. De joven, Ernest sirvió al Dr. Manette; y vio cómo el doctor se rehusaba a aceptar un soborno del Marqués y cómo en consecuencia de esto fue encarcelado. Para el momento en el que la novela se pone al día con estos dos personajes, las experiencias que tuvo Ernest Defarge en su juventud, han condicionado su odio hacia la aristocracia. Defarge es dueño de una prominente taberna en Saint Antoine, un área pobre de París, y lidera un grupo de patriotas, quienes se hacen llamar “Jacques”. Cuando las tensiones entre los campesinos y los aristócratas alcanzan un punto álgido, Defarge lidera la carga en la Toma de La Bastilla.

Sin embargo, hacia el final de la novela, Madame Defarge sugiere que su esposo es demasiado débil para comprometerse en actividades realmente revolucionarias. Ciertamente, él usa una carta que encontró del Dr. Manette para encarcelar a Charles, pero su amor por el doctor no le permite matar a su hija y a su nieta. En otras palabras, es un poco sentimental. Cuando leemos esta sección, se nos hace difícil estar de acuerdo con Madame Defarge. Después de todo, a ella se le describe como una “tigresa”. Comparado con ella, Defarge parece ser un ejemplo de moderación.

El problema es el siguiente: sabemos que las guerras efectivas se toman la vida de algunos civiles. Ese es el secreto sucio de la violencia en masas, en general: para que sea efectivo, tiene que ser tan horrible que la gente va a hacer casi cualquier cosa para que la violencia se detenga. Madame Defarge puede que no quiera que la violencia sea detenida. Sus motivos pueden ser espantosos, pero comparado con ella, su esposo no tiene lo que se necesita para ganar una guerra. Entonces esta es la verdadera pregunta: en la creación del personaje de Defarge ¿Dickens crea un revolucionario entrañable o un revolucionario inútil?