José Arcadio (II)

José Arcadio (II)

José Arcadio (II) se comporta como el típico hermano: después de huir para unirse al circo, regresa convertido en un siniestro gigante tatuado y se casa con Rebeca, su hermana adoptiva. En fin, lo normal.

El superhombre de Macondo

Todo lo relacionado con José Arcadio se describe como gigantesco. Es un hombre descomunal, tan grande que la casa vibra con cada una de sus pisadas. No tiene solo un par de tatuajes, sino que está cubierto de tinta de pies a cabeza. Come y bebe como una caballeriza. Y una cosa más: está tan bien dotado que durante un tiempo se gana la vida acostándose con las curiosas.

Si queremos ir un poco más allá, podemos incluir todo el tema del matrimonio con su hermana adoptiva en la descripción sobredimensionada de su persona. Algo del estilo "es demasiado grande para actuar conforme a los valores por los que se rige la gente de tamaño normal". (Tú solo síguenos la corriente).

Un simple matón

Lo que parece ser otro de los elementos fantásticos que aparecen a lo largo de la novela cambia de forma brusca e inesperada cuando nos topamos con las guerras civiles. Está muy bien lo de reírse del equipamiento extragrande de José Arcadio y de los divertidos momentos que pasa con Rebeca en la cama, contraviniendo a la moralidad de los aburridos lugareños. Sin embargo, algo muy distinto sucede cuando, mientras trabajaba con su sobrino Arcadio, José Arcadio empieza a usar su intimidante corpulencia y fuerza para arrebatar las tierras a sus vecinos y ponerlas a su nombre. El desarrollo de los acontecimientos resulta tan turbador que en cierto modo toma al lector por sorpresa. ¿Por qué motivo la vida de José Arcadio da este giro? Shmoop tiene una sugerencia: quizá sea una forma de hacer ver al lector el significado de las transgresiones morales. Puede que no nos importe mucho el "pseudoincesto", ¿pero acaso la novela sugiere que una vez que te pasas al lado oscuro ya no hay forma de regresar? ¿Que lo personal siempre acaba transformándose en algo político?