El capitán Beatty

El capitán Beatty

El capitán Beatty es una especie de paradoja. Es el mandamás de los bomberos, pero es quien más sabe de libros. Disfruta quemándolos, pero se pasa la mitad del tiempo citándolos. ¿Te diste cuenta de que su discurso está lleno de referencias bíblicas? A la anciana le dice: "Se ha pasado la vida encerrada en una condenada Torre de Babel". Y a Montag: "Creerá que con los libros podrá caminar por encima del agua". Incluso menciona el mito griego de Ícaro. Es el destructor de libros más culto que jamás hayamos visto.

No es sino hasta que Beatty sermonea a Montag en la Primera Parte que entendemos su forma de actuar. Al igual que Montag, solía sentir curiosidad por los libros y cuestionar el sistema. Y al igual que Montag, decidió tomar acción: leyó; al diablo con las normas. Teniendo esto en cuenta, ¿qué es lo que lo diferencia de Montag?

Mantengamos el suspenso hasta el siguiente párrafo. Lo que confiere tanta importancia al personaje de Beatty en la novela es el hecho de que, en realidad, no vaya muy desencaminado cuando pronuncia sus discursos antilibros. La literatura es contradictoria, confusa. Es traicionera, te hará la cabeza un lío, te obligará a dar respuesta a preguntas que nunca quisiste plantear, y con frecuencia hará tambalear los cimientos de tu pensamiento.

Pero esa es una de las lecciones de Fahrenheit 451. Lo importante no es lo que digan los libros, sino el proceso de leerlos y pensar por uno mismo; es decir, cuestionar su contenido. Como es lógico, esta es la razón por la que se prohibieron los libros. No se trataba de la información que guardaban, sino de la discordia que sembraban entre los lectores. De modo que Beatty tiene razón al afirmar que los libros son contradictorios; sin embargo, se le olvida de que el objetivo de la literatura no es otro que crear contradicciones.

Eso es lo que diferencia a Beatty de Montag. Beatty no está dispuesto a darle vueltas a la cabeza. No quiere cuestionar ni pensar. Rechazó los libros porque no le revelaron el secreto del universo en la primera página. Por otro lado, Montag desea tomar el camino difícil. Tal y como le confiesa a Faber, quiere entender lo que lee, y después pensar por sí mismo para poder decidir en qué cree. Eso es lo que lo convierte a él en héroe y a Beatty en villano.