Josef Behm
Behm no quiere ir a la guerra, pero deja que ciertas personas relevantes y con autoridad (sus maestros y sus padres) sobre él, lo convenzan para enlistarse. Su incapacidad para decir “No” le cuesta la vida recién comenzada la novela. Tiene una muerte dolorosa y horrible: le dan en el ojo y es dado por muerto. Pero no está muerto; pide auxilio por mucho tiempo, consumido por el dolor, pero lo único que obtiene son más tiros del enemigo.