Nombres repetidos
Uno de los temas más importantes de la novela es la forma en la que tanto las historias personales como políticas se repiten constantemente. O si bien no se repiten de forma exacta, al menos "riman" unas con otras, tal y como afirmó en su momento nuestro querido Mark Twain. A García Márquez se le ocurrió una ingeniosa forma de hacerlo: reciclando constantemente un puñado de nombres de muchos personajes durante varias generaciones.
En un momento dado, Úrsula comenta que todos los José Arcadios son fuertes y todos los Aurelianos son inteligentes, pero esto carece de relevancia (y ni siquiera es totalmente cierto). Lo curioso no es solo la repetición de los nombres, sino cómo el destino está ligado a cada uno de ellos.
En varias ocasiones durante la novela, a algunos personajes se les ocurre romper con la tradición, pero o bien son totalmente incapaces de hacerlo o bien alguien se lo impide. Amaranta Úrsula quiere llamar Rodrigo a su bebé, pero Aureliano (II) no está de acuerdo y le pone de nombre Aureliano (III). Fernanda tiene una hija llamada Renata, pero todo el mundo la conoce como Meme, un diminutivo de Remedios. Meme, por su parte, se niega a ponerle nombre a su hijo, pero las religiosas lo llaman Aureliano (II) en honor a la familia. Todos estos personajes están destinados a compartir los mismos nombres y a llevar vidas condenadas al sufrimiento. Eso sí que es deprimente.