Charlotte Phelan
Charlotte es la madre de Skeeter y otro personaje ambiguo. Igual que Skeeter, Charlotte atraviesa algunos grandes cambios a lo largo de la novela. Mientras batalla contra el cáncer estomacal a fuerza de voluntad, su mayor objetivo es meter a Skeeter en "una situación en la que pueda conocer un hombre" (5.27) y asegurándose de que Skeeter no tenga "pensamientos 'contra natura' […] con muchachas o […] mujeres" (6.60). Pero en un momento asombroso y sorprendente, Charlotte le da a Skeeter un consejo.
No dejes que se aproveche de ti. […] Si ese Stuart no se da cuenta de lo inteligente y atenta que eres y de lo bien que te he educado, que se regrese a State Street. […] No sabe la suerte que tuvo por haber salido contigo. (27.126)
¡Qué bien, Charlotte!
También hay que mencionar en su favor que Charlotte eventualmente confiesa con honestidad su altercado con la hija de Constantine, Lulabelle, y el despido subsiguiente que condujo a su desaparición de la vida de Skeeter. No obstante, el incidente expone la profundidad del prejuicio racial de Charlotte. Según Skeeter, ella no ve cómo posiblemente hubiera hecho las cosas de forma diferente. Ella no podía permitir que Lulabelle caminara entre las damas de la Asociación de Hijas de la Revolución Americana pretendiendo ser una mujer blanca. Pero Charlotte sí lamenta la pérdida de Constantine y parece estar abriéndose al hecho de que las cosas no están bien en su comunidad.