En el capítulo 23, finalmente conocemos al hombre responsable de la formación del narrador. El hermano Hambro resulta ser un abogado alto que (esto no nos sorprende) piensa en términos macroscópicos. Él es quien le dice y le repite al narrador sin rodeos que "los miembros de tu distrito habrán de ser sacrificados".

¿Con qué finalidad? No lo sabemos. Como se podría esperar de la persona que forma nuevos reclutas, el hermano Hambro es el portavoz de las exasperantes teorías abstractas de la Hermandad.