Penélope

Penélope es la esposa de Odiseo, madre de Telémaco, Reina de Ítaca y el objeto de deseo de cada noble del lugar. También es una mujer fuerte. Esto quizá parezca una tontería para los estándares actuales (después de todo, deja que su hijo tome el control y está tranquila con eso), pero esto es la Grecia Antigua. Fíjate cómo mantiene a raya a los pretendientes. Seguramente habría sido más fácil si simplemente se hubiera casado con uno de ellos y hubiera terminado con todo ese problema, pero Penélope mantiene su posición, y más importante aún, lo hace con astucia y sumisión (fíjate en su brillante ardid de tejer y destejer el velo para Laertes) lo que la convierte en una excelente pareja para Odiseo.

La decisión de Penélope de no casarse de nuevo, demuestra su fortaleza y determinación. Al mismo tiempo, la eleva como perfecto ejemplo de fidelidad en La Odisea. A pesar de su largo sufrimiento y la añoranza por su esposo, duerme sola por cerca de veinte años (a diferencia de su consorte, podríamos agregar). Pero al final, Homero dibuja el sufrimiento de Penélope con bastante expresividad: la vemos llorando en su almohada cada noche, deseando el regreso de Odiseo.

Una pregunta interesante es saber si Penélope cree o no, si su esposo está muerto. Ciertamente es escéptica cada vez que alguien dice que está vivo. Pero solo porque es escéptica no podemos decir que ha perdido la esperanza. Justo en el último momento, Penélope deja que su mente mantenga la fe y la duda al mismo tiempo. En todo caso, esto hace que su fidelidad sea aún más impresionante (y quizá más impresionante que el rechazo de Odiseo a la inmortalidad ofrecida por Calipso): sin tener la certeza de que Odiseo regrese algún día, ella se arriesga a permanecer sola hasta su muerte.