Telémaco
Telémaco es el hijo de Odiseo y Penélope. Se caracteriza por su prudencia y, como nos lo han dicho varias veces, su claridad mental. Este tipo no se apresura a tomar decisiones sin pensar primero en las consecuencias. Aunque ciertamente se impacienta ante los pretendientes, quienes están gastando la riqueza de la familia, lo tratan mal e intentan ganarse a su madre. Esto significa que nosotros entramos justo en el momento emocionante, que es cuando Telémaco al fin decide hacer algo al respecto.
En parte, el lector sigue su crecimiento viendo la interacción de Telémaco con su madre. Una forma en la que alcanza su madurez es diciéndole a Penélope qué hacer, es decir, tomando el control de la relación Madre-Hijo. Penélope, lejos de molestarse por ello, estimula este comportamiento, está claramente contenta de ver a su hijo asumir este rol. Otra forma de ver su madurez es cuando comienza su viaje sin decirle antes a su madre (esta vez Penélope no está tan contenta).
De todos modos, es mucho más fácil rebelarse ante su madre que darle su merecido (el que les espera, en todo caso) a los pretendientes. Después de todo, hasta en sus discursos públicos, el pobre tiembla. Esta es una de las razones por las que Telémaco está tan ansioso por que su padre llegue, para recibir su ayuda. Cuando llega Odiseo, Telémaco, de repente, gana confianza. Fíjate que comienza a insultar más tranquilamente a los pretendientes. Ahora puede pelear, sin importar su falta de experiencia en el combate (no es que sea un experto). Cuando mete la pata olvidándose de cerrar la puerta del cuarto donde escondió las armas de los pretendientes, podemos ver que todavía tiene mucho que aprender.
En todo caso, el poema nos transmite que Telémaco madurará. Mucho de esto tiene que ver con la genética; después de todo, es el hijo de Odiseo. La habilidad de Telémaco para manejar el arco es ciertamente una marca de su fuerza innata y posiblimente hereditaria. De nuevo, por su paternidad, Telémaco es protegido por Atenea, una especie de guardaespaldas de Odiseo. Entonces, podemos decir que es apropiado, en la escena de la retribución, que Telémaco esté al lado de su padre y su abuelo, repartiendo justicia como un frente unido.