El comisionado gobernador Danforth
El comisionado gobernador Danforth supervisa los juicios en Salem, así como también en otras partes de Massachusetts. Se ve a sí mismo como un hombre justo, por lo cual le molesta y le enoja darse cuenta de que la gente le teme a la corte. Cree que ninguna persona inocente debería temerle a la corte, y que él y el juez Hathorne son guiados por Dios, así que nadie recibirá un castigo injusto.
Como consecuencia, no examina las pruebas con criterio ni actúa cuando puede poner fin a la histeria masiva. Hasta al final, cuando está claro que la sociedad se está disgregando, se niega a reconocer el papel que tuvieron los juicios a la brujería y las ejecuciones en la crisis.
Muchas veces se ha criticado la descripción que hace Miller de los personajes que enjuiciaron a las brujas, como Danforth, por ser demasiado exagerada. Miller coincidió con esto, pero defendió su descripción al decir que se adhiere a los hechos históricos. Miller sugirió que Danforth era importante porque ayudó a definir y defender los límites de la sociedad, las reglas que rigen la vida de las personas. Su personaje, dice Miller, surge de la idea de que la humanidad debe protegerse del conocimiento, una idea que Miller explicó como la creencia de que "el mal es bueno".