Graziano

Graziano es amigo de Antonio y Bassanio. A él también le gusta andar de fiesta en fiesta. Cuando Bassanio viaja a Belmont para conquistar a Porcia, Graziano quiere acompañarlo, pero Bassanio le advierte que se comporte: "Pero escúchame, Graciano: eres demasiado petulante, demasiado brusco y de tono altanero" (2.3.181–182).

Aparentemente Graziano recobra la compostura en Belmont, porque se termina casando con la compinche de Porcia, Nerissa, durante esa visita. Si estás pensando, "Vaya, los actos de Graziano parecen ser paralelos a los de Bassanio", tienes toda la razón. Aun así, vas a necesitar más información específica para fundamentar esto, así que presta atención.

Cuando Bassanio se compromete con Porcia, Graziano inmediatamente anuncia su plan de casarse con Nerissa:

Mis ojos, señor, pueden tener miradas tan vivas como los vuestros. Vos contempláis al ama; yo contemplo a la doncella. Vos amáis; yo amo también, pues la pasividad no me va más a mí que a vos, señor. (3.2.201–204)

En otras palabras, mientras Bassanio estaba ocupado enamorándose de Porcia, Graziano fijaba sus "ojos" en la dama de compañía de Porcia. Fíjate en el paralelismo del segundo y tercer renglón de este fragmentoque (el paralelismo es la semejanza de la estructura en un par o una serie de palabras, frases o cláusulas relacionadas): 1) "Vos contempláis" "yo contemplo" 2) "Vos amáis" "yo amo". Esta técnica genial recalca el hecho de que el compromiso de Graziano con Nerissa refleja, o es un paralelo, del compromiso de Bassanio con Porcia.

Entonces, ¿por qué Shakespeare orquesta esta doble boda? Bien, parece que el enganche de Graziano y Nerissa dice mucho acerca de la relación de Bassanio con Porcia y de la naturaleza del amor y el matrimonio en general. Cuando Graziano hace el gran anuncio y admite que Nerissa solo aceptó casarse con él siempre y cuando Bassanio gane el sorteo de los cofres, la abrupta declaración de "amor" de la pareja no parece muy genuina que digamos. Lo mismo sucede con Bassanio y Porcia, cuyo matrimonio está impulsado, al principio, por el deseo que Bassanio tiene por la fortuna de Porcia.

Más tarde en la obra, la conducta de Graziano vuelve a parecer una copia carbónica de la de Bassanio. Bassanio entrega el anillo de Porcia después del juicio y Graziano se despoja del que le dio Nerissa (4.2). Lee más acerca de esto en la sección de "Simbolismo, imágenes, alegoría".