La mordida del pulgar

La mordida del pulgar

A menos que estés familiarizado con los gestos infantiles isabelinos, quizá te preguntes qué demonios le pasa a Sansón cuando señala al sirviente de los Montesco en la calle y dice "Voy a morderme el dedo pulgar al enfrentarme a ellos y una deshonra les caerá si la soportan" (1.1.13).

Básicamente, morderse el pulgar, que implica morderse y luego chasquear el pulgar en los dientes de arriba, es la versión shakesperiana de mostrarle el dedo a alguien y decir "ña, ña, ña, ña". Es un insulto que, a menudo, se toma como algo inmaduro. Aquí está todo el asunto extraído de la obra:

ABRAHAM
¡Eh! ¿Os mordéis el pulgar para afrentarnos?
SANSÓN
Me muerdo el pulgar, señor.
ABRAHAM
¿Os lo mordéis, señor, para causarnos afrenta?
SANSÓN (aparte a GREGORIO.)
¿Estará la justicia de nuestra parte si respondo que si?
GREGORIO
No.
SANSÓN
No, señor, no me muerdo el pulgar para afrentaros; me lo muerdo, sí. (1.1.1).

Sansón no tiene una buena razón para insultar a los sirvientes de los Montesco, básicamente está intentando buscar problema porque sus amos (los Capuleto) están enfrentados con los Montesco. Lo gracioso es que Sansón es demasiado cobarde para responsabilizarse de su insulto porque "la ley" no estaría de "su lado" si la mordida de pulgar causara una pelea (no quiere que lo pillen armando un alboroto)

Nada puede ser más ridículo que esto, lo que parece ser el punto de Shakespeare. La riña entre los Capuleto y los Montesco, que obviamente se filtra hasta sus sirvientes, es completamente absurda. Exactamente igual de absurdo es que Sansón se muerda el pulgar.