Plantas y veneno

Plantas y veneno

El veneno es importantísimo en Romeo y Julieta. Romeo se envenena con una mezcla que compró (de forma ilegal) al boticario en el Acto 5, Escena 3. El veneno también es la primera opción que tiene Julieta para suicidarse. Cuando se da cuenta de que Romeo está muerto, trata de lamer el veneno de sus labios, ya que no queda más para ella (5.3.2). Claro, todo esto se puede presagiar cuando Julieta se bebe la mezcla (hecha por Fray Lorenzo) que le causa un sueño tan profundo, que parece estar muerta (4.3.3).

Antes de que Romeo y Julieta se mataran, Fray Lorenzo, que sabe bastante de hierbas medicinales, le muestra a Romeo una flor y dice algo bastante críptico que parece resonar en toda la obra:

“En el tierno cáliz de esta flor pequeña tiene su albergue el veneno y su poder la medicina: si se la huele, estimula el olfato y todos los sentidos; si se la prueba, con los sentidos acaba, matando el corazón. Así, del propio modo en que las plantas campean siempre en el pecho humano dos contrarios en lucha, la gracia y la voluntad rebelde, siendo pasto instantáneo del cáncer de la muerte la creación en que predomina el rival perverso” (2.2.1).

Fray Lorenzo sugiere que depende de cómo sea usada, una flor puede sanar (porque es aromática) o envenenar (si es ingerida). También dice que la gente es muy parecida a las flores que tiene en su mano, ya que están llenas de “gracia” y “voluntad rebelde”; los humanos también son seres capaces de ser buenos o letales, dependiendo de si es la “voluntad rebelde” la que gobierna sus acciones. No podemos evitar darnos cuenta de que las observaciones que hace Fray Lorenzo le hablan directamente a la tragedia de la obra: el amor de Romeo y Julieta se vuelve mortal cuando es “envenenado” por el odio entre sus familias. Al mismo tiempo, su amor también tiene la capacidad de sanar, lo que se ve simbolizado en la decisión que toman sus padres de terminar la larga lucha.