La reina Mab

Estudiar el famoso discurso de la “La reina Mab” que pronuncia Mercutio se ha vuelto un rito para los estudiantes, pero tenemos que admitir que el fantástico discurso es un poco desconcertante para nosotros (desconcertante de la forma “wao, qué bueno, quiero saber qué hay detrás del discurso”).

Comencemos con lo básico ¿Quién demonios es la reina Mab? Según la vívida descripción de Mercutio, la reina Mab es un hada diminuta que anda por ahí manejando un vehículo hecho de “cascaroncillo de avellana” con “patas de araña zancuda” como ruedas (1.4.11). La carroza la conduce un aún más “diminuto cínife, vestido de gris” y arrastrada por “un tiro de pequeños átomos”.

La reina Mab pasa su tiempo galopando por las narices y los labios de los durmientes, llenando sus sueños con fantasías extrañas (los amantes sueñan con el amor, los soldados con gargantas desgarradas, los abogados con demandas ganadas, etc). Mab (cuyo nombre es también un sinónimo para “mujerzuela”), también es algo espeluznante. Cuando está de mal humor, contagia con asquerosos herpes (“ampollas”) a aquellas mujeres que “se entregan a sueños de amor” y le encanta visitar los cerebros de las niñas jóvenes y virginales para que tengan sueños agitados (por decirlo con delicadeza).

Sabemos lo que estás pensando, ¿por qué todo acerca de la reina Mab es diminuto y sexual? Bueno, para responder esta pregunta necesitamos pensar en qué es lo que hace a Mercutio lanzarse esa perorata tan poco común. Cansado de los desgarros amorosos de Romeo por Rosalina, y de su reconoficimiento de haber tenido un “sueño húmedo” la noche anterior, Mercutio se burla de su amigo diciendo que la reina Mab debe haberle dado una visita. Mercutio también le dice a Romeo que los sueños son “hijos de un cerebro ocioso”, que es otra forma de decir que Romeo es un idiota y sus sueños con Rosalina son ridículos (1.4.12). Dado el contexto del discurso, pareciera que Mercutio sugiere que, como la reina Mab, los sueños (especialmente los de Romeo) son pequeños e insignificantes.

Todo muy extraño, ¿no? Así es más fácil entender por qué en la película de Baz Luhrmann Romeo + Julieta (1996), Mercutio se mete una pastilla de éxtasis antes de decir este discurso; puede ser visto como tonterías inducidas por las drogas. Como dice el mismo Romeo: “¡Basta, basta, Mercutio, basta! Patrañas es lo que hablas” (1.4.12).