Oxímoron y paradoja
Cuando Shakespeare escribió Romeo y Julieta, parecía estar pasando por una etapa de amor con el oxímoron, porque la obra está repleta de este recurso. Un “oxímoron”, por cierto, es la combinación de dos términos opuestos que generan un nuevo significado. Por ejemplo, al final de la famosa escena del balcón, cuando se va Romeo, Julieta dice “despedirse es un pesar dulce” (2.2.27). “Pesar dulce” es un oxímoron.
¿Impresionante, dices? Pues, toma una buena carga de oxímoron con Julieta utilizando el recurso 6 veces cuando se entera de que su amante (o sea, Romeo) ha matado a su primo Teobaldo:
“¡Oh, alma de víbora, oculta bajo belleza de flor! ¿Qué dragón habitó alguna vez tan hermosa caverna? ¡Agradable tirano! ¡Angelical demonio! ¡Cuervo con plumas de paloma! ¡Cordero de lobuna saña! ¡Despreciable sustancia de la más divina forma! ¡Justo opuesto de lo que apareces con razón, santo condenado, honorífico traidor! -¡Oh, naturaleza! ¿Para qué reservabas el infierno cuando albergaste el espíritu de un demonio en el paraíso mortal de un cuerpo tan encantador? ¿Volumen contentivo de tan vil materia fue jamás tan bellamente encuadernado?” (3.2.8).
Claramente, Julieta está experimentando emociones encontradas, se pregunta cómo el amor de su vida, el hombre que pensaba que era tan maravilloso, puede ser un asesino. El uso del oxímoron aquí le da expresión a su confusión.
También hay excelentes ejemplos de paradoja en este pasaje. Una “paradoja” es el empleo de una expresión que se contradice en sí misma, pero que parece verdadera. Ejemplo: “Julieta pregunta “¿Volumen contentivo de tan vil materia fue jamás tan bellamente encuadernado?”
Sabemos lo que te estás preguntando: ¿cómo demonios diferenciamos el oxímoron de la paradoja? Bueno, se diferencian porque la paradoja contiene palabras contradictorias separadas por otras palabras.