Gréndel

Gréndel es un demonio devorador de hombres que vive en la tierra de los daneses y ataca la sala de banquetes del rey Ródgar, llamada Herot, todas las noches. El narrador de Beowulf alega que lo que motiva los ataques de Gréndel son los cantos que recita el trovador de Ródgar sobre la creación del mundo por parte de Dios, lo que no le sienta muy bien dada su naturaleza demoníaca. Sea cual sea la razón, cada noche, Gréndel masacra a más daneses y se alimenta de sus cadáveres luego de despedazarlos. Aunque no le puede hacer daño el filo de un arma cortante, Gréndel finalmente se enfrenta a un enemigo que lo iguala en poder, cuando el guerrero gauta Beowulf se enfrenta a él en una lucha cuerpo a cuerpo.

Canibalismo, Condenas y Caín

El poeta explica que Gréndel y su madre son descendientes de Caín, el de la Biblia, lo cual sugiere que no solo son parte de un gran plan malévolo de carácter religioso o sobrenatural, sino que también están conectados a uno de los peores actos posibles para la cultura tribal: el fratricidio o el asesinato de un hermano. Sin embargo, en otros momentos del poema, Gréndel parece menos una figura bíblica y más un fantasma, un demonio u otra cosa sacada de una película de horror de Halloween.

A los críticos también les gusta jugar con la idea de que Gréndel representa algo que para nada es sobrenatural: un miembro de otra tribu, un paria, o un guerrero que no se deja llevar por las reglas. Después de todo, el verdadero problema de Gréndelno es que mate a gente. Prácticamente todo el mundo en esta historia mata a gente. El problema radica en el hecho de que mate por diversión y no pague la deuda de sangre, el tesoro que está obligado a entregar a los daneses como compensación por las vidas que quita. Visto así, Gréndel no sería un monstruo fantástico, sino un guerrero humano monstruoso con un gusto patológico por la violencia. O bien, para darle otro giro, podemos pensar en Gréndel como una denigración del "otro", una representación demoníaca de alguien ajeno a la tribu. Por supuesto, el hecho de alimentarse de los cadáveres de sus víctimas, lo convierte en un caníbal, pero quizás eso simplemente sirva para que la obra parezca un poco más siniestra.