Fortimbrás

Fontimbrás es un príncipe noruego que busca vengar la muerte de su padre. (El viejo Fontimbrás, antiguo Rey de Noruega, hizo una apuesta con el viejo Hamlet pero salió herido de muerte y perdió importantes terrenos noruegos en el proceso). En la obra, el joven Fontimbrás s intenta reclamar las tierras que su padre perdió.

Todo parece muy conocido ¿no? Fontimbrás es un personaje importante y contrastante al príncipe Hamlet, quien también perdió a su padre y busca venganza. Pero mientras Hamlet se sienta a contemplar la vida y la muerte, Fontimbrás no se anda con rodeos y agrupa un ejército para reclamar los terrenos noruegos perdidos. Su tío (actual Rey de Noruega) lo convence de no atacar a Dinamarca, y al final, el príncipe Fontimbrás llega al trono danés en el momento justo. (Recuerda que llega, convenientemente, a la corte de Elsinor inmediatamente después del baño de sangre en el Acto V, Escena II).

Buscando detrás de las historias de Fontimbrás y Hamlet, está la pregunta de por qué sus tíos son quienes se quedan con el reino, que debería ser para ellos, los hijos. Fontimbrás parece enfrentar esto con impaciencia, conquistando otros países.

Hamlet, en contraste, solo menciona el hecho de que Claudio “se ha introducido furtivamente entre el solio, y mis derechos justos” (en otras palabras, su derecho de convertirse en el rey de Dinamarca y todo lo que conlleva). Hamlet se distrae pensando, no conquistando. Nuestro príncipe se compara explícitamente con Fontimbrás cuando ve el ejército de éste en el campo y luego lo ve como un modelo de cómo debió haber actuado. “El ser grande no consiste, por cierto, en obrar solo cuando ocurre un gran motivo; sino en saber hallar una razón plausible de contienda, aunque sea pequeña la causa; cuando se trata de adquirir honor” (4.4.52-55). En otras palabras, Hamlet se da cuenta de que Fontimbrás no tiene buenas razones para llevar su ejército hasta Polonia, pero concluye que las razones no son importantes. Para ser grande, el hombre debe actuar por cualquier razón para preservar el honor. Fontimbrás, como Laertes, es un ejemplo de acción con poco raciocinio, exactamente lo opuesto a lo que hace Hamlet.