El viejo Pedro García, Pedro Segundo García y Pedro Tercero García
La repetición del nombre de Pedro a lo largo de las tres generaciones de los García deja patente la importancia de la tradición patriarcal entre la gente del campo, y su reticencia a aceptar los cambios. No obstante, esto no quiere decir que estos tres personajes tengan personalidades similares o que su función en la novela sea la misma. De hecho, podemos describir a los tres Pedros García como la encarnación del lento, pero inexorable avance del progreso generacional. El viejo Pedro García lleva toda su vida impregnándose de la sabiduría de las generaciones pasadas. Su conocimiento es poderoso y eterno, y a pesar de su ceguera, supera en perspicacia a muchos otros personajes. Pedro Segundo, un hombre formal y tradicional quien, a través de sus obstinadas labores tan solo consigue llenar los bolsillos del patrón, se enorgullece en secreto de las actividades revolucionarias de su hijo. Por último, Pedro Tercero es el joven rebelde dispuesto a plantarle cara al poder, incluso a riesgo de perder su propia vida.
Gran parte de la trama gira en torno al romance prohibido entre Pedro Tercero y Blanca, la hija del patrón, motivo por el que aparece en muchas más páginas que su padre o su abuelo. Además, la pérdida de tres dedos de su mano derecha proporciona una conexión visual entre su hija Alba y él, ya que esta sufre la misma mutilación durante su tiempo en prisión. Ambos personajes superan su incapacidad con el fin de luchar por sus intereses.