Miguel, Ana Díaz, profesor Sebastián Gómez
Miguel, el galán de Alba, es un joven y comprometido insurrecto de ideas radicales. Aboga por una revolución violenta con el fin de hacer frente a lo que llama la violencia del sistema. Aunque sus políticas son extremas, es un líder tranquilo cuya valoración de la situación suele ser la correcta. Miguel es más realista que sus idealistas compañeros de armas, y comprende que el motivo principal por el que Alba apoya la causa revolucionaria es su amor por él y no sus convicciones políticas.
Cuando Alba asiste a la universidad y se enamora de Miguel, este la introduce en un círculo radical. Conocemos a dos de estos jóvenes revolucionarios. El primero es el profesor Sebastián Gómez, un ideólogo lisiado que, se rumorea, perdió la movilidad en las piernas mientras luchaba con los guerrilleros en Bolivia. El segundo, Ana Díaz, es una feroz joven que no cree que la burguesía deba inmiscuirse en los asuntos de la población. Con el tiempo, ambos son perseguidos por el régimen: a Sebastián Gómez lo traicionan sus propios alumnos y es asesinado en la primera ronda de purgas universitarias, y Ana Díaz acaba siendo compañera de celda de Alba.
Ana anima e inspira a Alba, y la amistad que forjan durante su tiempo en prisión y más tarde en el campo de concentración para mujeres, sirve como modelo de la resistencia femenina frente a la adversidad. Ana y el resto de las prisioneras son audaces, bondadosas y afectuosas, capaces de plantar cara a la humillación con una sonrisa y de borrar el recuerdo de la violación o la tortura apoyándose las unas en las otras.