La aduana
Si te dormiste en la pequeña entrada introductoria de La Letra Escarlata, no te vamos a delatar. (Shmoop nunca lo hará.) El lenguaje es particularmente espinoso, lo cual dice mucho, y es difícil decir con exactitud por qué esta introducción es tan importante. Entonces desmenucémosla.
CEO
En "La Aduana", descubrimos que nuestro narrador es el CEO de la Aduana de Salem (en algún momento a mediados del siglo XIX). Su relato es una mezcla entre realidad y ficción donde se cuenta vagamente la historia de cómo el propio Hawthorne llegó a escribir La Letra Escarlata.
Una aduana es un edificio gubernamental situado cerca de un puerto o un muelle. Todos los marineros, capitanes marítimos, comerciantes y negociantes marítimos deben reportar directamente a la Aduana cuando desembarcan para pagar impuestos sobre sus bienes importados. Las cosas no son demasiado esperanzadoras en esta particular aduana; los negocios y el edificio se están cayendo. El narrador describe una estatua del águila americana (es decir, el águila calva) que revolotea en la entrada de la aduana:
Encima de la entrada se cierne un enorme ejemplar del águila americana, con las alas abiertas, un escudo en el pecho y, si la memoria no me falla, un haz de rayos entremezclados y dardos mordaces en cada garra. Con la habitual falta de carácter propia de esta malaventurada ave, parece, a juzgar por la fiereza que despliegan su pico y sus ojos, y la agresividad general de su actitud, que está dispuesta a causar daño a la comunidad inofensiva […]. Pero su ternura no es grande, ni siquiera cuando está de buen humor, y, tarde o temprano —más bien lo último que lo primero—, puede arrojar del nido a sus polluelos, con un arañazo de las garras, un picotazo o una gran herida causada por sus dardos mordaces. (La Aduana. 3)
Sí. Sabemos que el águila es uno de los símbolos más famosos y amados de los Estados Unidos y la libertad que representan los Estados Unidos. Sin embargo, aquí se nos ofrece la imagen de un símbolo displicente e insensible, que no le importa si sobrevives o no. En otros términos, ten toda la libertad que desees, incluso la libertad de morir sin que a nadie le importe. Esta águila parece representar la actitud de los puritanos, que están muy felices de patearte del nido tan pronto como haces cualquier movimiento.
Honorables Antepasados
También descubrimos que el narrador tiene un interés particular en esta historia porque sus antepasados no fueron ni más ni menos que los aborrecibles puritanos, que estuvieron envueltos en los juicios por brujería de Salem y la persecución de los cuáqueros. De más está decir que el narrador se siente muy culpable y extraño por sus desagradables antepasados.
Un día, nuestro orador se topa con una letra A escarlata y su historia, escrita por un antiguo funcionario. Quiere escribir su propia versión de esta historia increíble, pero sufre bloqueo mental... hasta que lo despiden, padece el rechazo y el desdén de sus ex empleados y, de pronto, siente una conexión con Hester Prynne. ¡Un golpe de suerte! Escribe el libro y aprovecha el prólogo para alertar a sus lectores que, antes de jactarse de ser más amables que sus antepasados, se aseguren de que, en verdad, lo son. Porque es probable que no sea así.
Pero, seguramente, en pleno siglo XXI, habremos superado el odioso legado de los puritanos, ¿no? ¿No?