Sr. Whymper
El nombre del Sr. Whymper es uno de los muchos simbolismos ocultos en la novela de Orwell. Whymper actúa como “intermediario entre la Granja Animal y el mundo exterior” (6.7), y es el primer humano con el que tienen contacto los cerdos después de la rebelión. Aparece repetidas veces en la novela, aunque siempre en un papel menor, porque lo único que hace es recibir y pasar comunicados de Napoleón a los demás humanos.
Whymper se describe como “un hombre bajito, astuto, de patillas anchas, un comisionista al por menor, pero lo suficientemente listo para darse cuenta, antes que cualquier otro, que la Granja Animal iba a necesitar un agente y que las comisiones valdrían la pena” (6.9). Whymper está ahí por el dinero, por lo que se le hace fácil a Napoleón tomar ventaja de él. Cuando en la Granja Animal las cosechas comienzan a escasear, Napoleón usa a Whymper para regar los rumores de que todo está yendo perfectamente. De igual modo, Whymper convenientemente no dice nada cuando Napoleón aplasta la rebelión de las gallinas, literalmente, matando de hambre a varias de ellas.
El Sr. Whymper y la Rusia de Stalin
Whymper es una alusión a aquellos occidentales que atendían a los intereses soviéticos y ayudaban a difundir mitos, bien sea por beneficio personal o por simple candidez. Hay pocos personajes que encajen mejor en esa descripción que el intelectual Lincoln Steffens, quien después de visitar la Unión Soviética en los años ‘20, dijo “He visto el futuro y funciona”. Fue ese tipo de discursos de intelectuales “quejumbrosos” (“whimpering”) los que intentó denunciar Orwell con Rebelión en la Granja.