Hindley Earnshaw
Heathcliff será salvaje a veces, pero Hindley es aún menos compasivo. Es un desgraciado desde el primer momento, y trata a Heathcliff con suma crueldad por pura envidia del amor que le tiene el señor Earnshaw.
Resulta evidente que muchos de los defectos de Heathcliff son consecuencia directa del maltrato por parte de Hindley. De pequeño, le llama "engendro de Satanás" y le desea que un pony le rompa la cabeza a patadas (4.52). Tras la muerte de Earnshaw padre, Hindley procura degradar a Heathcliff convirtiéndolo en obrero e impidiéndole asistir a las clases del "párroco" (maestro particular). Luego, urde un plan para subir de clase social que consiste en unir a los Earnshaw con los Linton haciendo que Catalina se case con Eduardo.
Desde luego, Hindley tiene unas cuantas cosas a su favor que Heathcliff no tiene, a saber, un título universitario y una gran herencia. Con la muerte de su esposa, Francisca, se vuelve aun más monstruo. Como lo relata Elena Dean:
Pero el, por su parte estaba desesperado. Su dolor era de los que no se manifiestan con lamentaciones. No sollozaba ni rezaba, sino que maldecía de Dios y de los hombres, y se entregó a una vida de loco libertinaje. Ningún criado soportó largo tiempo el tiránico comportamiento que nos daba, y solo quedamos a su lado José y yo. (8.17)
Lo que lo lleva a la ruina es su adicción al alcohol y su afición por las apuestas, debilidades que Heathcliff aprovecha para apoderarse de Cumbres Borrascosas. Hindley trata de asesinar a Heathcliff, pero su intento resulta fallido, pues Isabel lo impide, luego de lo cual Hindley bebe hasta quedar en un estupor fatal.