Lemuel Gulliver

Lemuel Gulliver

Gulliver, nuestro hombre

Como es de esperarse, Lemuel Gulliver es la estrella y el personaje central de Los viajes de Gulliver. De hecho, él mismo narra la novela y es el único personaje bien elaborado en todo el libro. Los otros personajes de Los viajes de Gulliver en realidad se desvanecen en el trasfondo. Por ejemplo, Gulliver solo menciona a su esposa, Mary, de paso cuando se queda en su casa el tiempo necesario como para dejarla embarazada una vez más antes de volver a zarpar a alta mar. Así es, Gulliver es el único personaje con características individuales y profundidad en esta novela.

Gulliver es hijo de una familia de clase media en Nottinghamshire, Inglaterra. Estudió medicina tanto en Inglaterra como en la Universidad de Leiden, en Holanda. Gulliver también fue aprendiz del reconocido cirujano, el sr. James Bates. Gulliver tiene dos grandes dones que lo caracterizan. En primer lugar, no es un noble; es un hombre muy inteligente. Además, está interesado en observar a la gente ("[…] mis horas de ocio […] en observar las costumbres e inclinaciones de los naturales" (1.1.3)).

Ambas características son útiles. Primero, el hecho de que Gulliver haya nacido en la clase media significa que se desenvuelve con flexibilidad entre distintos círculos sociales. Al mismo tiempo que quiere asociarse con "personas de calidad", también puede entablar una conversación con personas de la clase trabajadora y sirvientes con facilidad. Es más, su pragmatismo y naturaleza práctica le salvan la vida una y otra vez. No es demasiado orgulloso como para no lamer el suelo ante el rey de los lugnaggianos, ni para adular con descaro a la reina de Brobdingnag. Gulliver es el personaje central de Los viajes de Gulliver, pero no tiene nada de extraordinario o heroico. En realidad, parece ser un hombre cualquiera. Tal vez más ingenioso que muchos, pero ni muy valiente ni poderoso.

Segundo, el interés de Gulliver por los idiomas y las costumbres es el motor principal de sus viajes. Es bueno para adaptarse a otras culturas. Tiene un auténtico interés por los humanos, lo que lo hace el perfecto narrador para una novela sobre la naturaleza humana. (Para mayor información acerca de la naturaleza humana en Los viajes de Gulliver, lee en "En pocas palabras" y el "Análisis del personaje" de los yahoos y los houyhnhnms).

Así pues, Gulliver tiene un auténtico interés por las personas al comienzo de la novela. Genial. Pero es un hecho que no dura. Y al final del libro, ya se le pasó. En una novela acerca de cómo los seres humanos somos un miserable desperdicio de espacio, tiene sentido que la conclusión lógica sea el total rechazo a la gente por parte del narrador. Al final de la Cuarta Parte, Gulliver ha pasado de ser un tipo bastante abierto y flexible a ser un loco cerrado que no puede soportar el olor de su propia esposa e hijos. Eso es en lo que leer unas trescientas páginas escritas por Jonathan Swift te convertirán.

Ropa y dinero

Swift demuestra el último despertar de Gulliver a la vanidad y estupidez del mundo en términos muy claros y prácticos. Gulliver empieza la novela dando cuenta de todo: nos cuenta que la dote que le da la sra. Mary Burton es de 400 libras, que él le da 400 sprugs (moneda de Liliput) al capitán John Biddel, y que le da al rey de los brobdingnagianos 6 piezas españolas de oro. Pero al final de la novela, ni siquiera puede pagar su propio pasaje a Portugal con Don Pedro de Méndez. De hecho, ni siquiera quiere hacerlo. El oro ha perdido todo sentido para él.

En cuanto a la ropa, Gulliver nos cuenta con gran detalle cómo se viste en cada país: en Liliput, usa ropa hecha de cientos de pequeñas piezas de tela; en Brobdingnag, la niña que es su niñera le confecciona la ropa como si fuera una muñeca; en Laputa, menciona que ninguno de sus trajes le queda porque nadie ahí sabe hacer nada práctico, como confeccionar trajes. Sin embargo, para el momento en que Gulliver ha sido expulsado del país de los houyhnhnms, ya no le importa lo que lleva puesto. Se reúsa por completo a deshacerse las extrañas ropas hechas de pedazos de piel cosidos que obtuvo en el país de los houyhnhnms hasta que Don Pedro de Méndez insiste en darle ropa nueva. Gulliver, quien tanto se fijaba en detalles de finanzas y de moda, aprende a contentarse con cosas simples mientras vive en el país de los houyhnhnms: la verdadera muestra de su nueva virtud.

¿Cuánto de Swift hay en Gulliver?

Una de las principales herramientas de la sátira es la ironía, en la que el lector sabe más acerca del curso de los acontecimientos que el personaje principal. Gulliver controla la narración de esta novela por completo. Da una enorme cantidad de contexto e interpretación de la variedad de gente con la que se encuentra en el transcurso de sus viajes. Al mismo tiempo, nosotros los lectores recibimos a menudo indicios de dos cosas fuera del ámbito del conocimiento y la observación de Gulliver:

(1) Los objetos del espejo están más cerca de lo que parece. En otras palabras, Gulliver nunca dice con claridad que Liliput = Inglaterra y que Blefuscu = Francia, pero el texto contiene todo tipo de indicios de que así es. (Para mayor información al respecto, lee nuestro "Análisis del personaje" de los liliputienses.)

(2) Gulliver finge saber mucho más de lo que en realidad sabe. Por ejemplo, sí bien es muy bueno para los idiomas, incluso así comete errores. En la Segunda Parte del Segundo Capítulo, hace referencia a dos palabras inventadas: la que supuestamente viene del latín, "Nanunculus", y la que viene del italiano, "Homunceletino". De la misma manera, Gulliver reflexiona sobre la evolución del nombre de la isla "Laputa". Examina varias derivaciones inventadas sin considerar la elección más obvia: "la puta", es "prostituta" en italiano, lo cual puede ser una referencia a las extrañas costumbres sexuales de sus habitantes (Fuente: Robert Greenberg, Editor, Los viajes de Gulliver. Nueva York: Norton, 1961, 135). Entonces, Gulliver no es perfecto: es vanidoso, paranoico y un poco cobarde, y hay momentos en los que el mismo texto parece burlarse de él. En definitiva, hay que tomar las opiniones de Gulliver con cautela, aunque sea nuestro único narrador.