Como ocurre con los demás personajes de Los viajes de Gulliver con excepción del principal, míster James Bates existe más que nada como un nombre, sin ningún rasgo distintivo en particular. Ayuda a Gulliver a establecer su consultorio en Londres, que fracasa cuando míster James Bates muere. Lo que sí es revelador sobre este hombre es que nos muestra un poco del sentido del humor de Swift. Gulliver no deja de referirse a él como "míster Bates, mi maestro" o de modo más directo, "mi buen maestro Bates" (1.1.3). Lee esa última en inglés ("my good master Bates") en voz alta y te darás cuenta de la broma. Swift hace varias bromas ordinarias acerca de los cuerpos humanos en este libro, desde la pequeña sirvienta a la que le gusta balancear a Gulliver en su pezón, hasta cuando apaga un fuego en Liliput orinando sobre él. Es decir, este libro no es para mojigatos, y el buen maestro Bates de Gulliver es uno de los primeros ejemplos.