Los arbitristas

Los arbitristas

Las personas que le hacen la vida imposible al señor Munodi son estos, los arbitristas, quienes creen en estudiar la ciencia y la filosofía sin prestar mucha atención a los resultados prácticos. En definitiva, parece que Swift está de acuerdo con ese estereotipo de la "torre de marfil" en la vida académica. Los arbitristas prestan poca atención a su higiene o cuidado personal. Se encuentran totalmente absortos en sus proyectos. Pero ¿de verdad vale la pena concentrarse tanto así en ellos?

Los arbitristas quieren derretir el hielo para hacer pólvora, usar telas de araña para reemplazar hilos de seda, y todo tipo de ideas sin sentido. Se centran en lo complejo y en lo abstracto, lo cual hace que sus planes sean del todo inútiles en la práctica. (Asumimos, por cierto, que el nombre utilizado para referirse a "arbitrista" en inglés, "projector", viene del hecho que estos tienen sus propios proyectos, con los que se obsesionan por completo).

A propósito, Swift no deja pasar la sátira de la vida científica sin hacer alusión a la política de Inglaterra del siglo dieciocho. Gulliver afirma que los arbitristas políticos pasan de ser graciosos a ser dignos de lástima debido a sus locuras. Llegan incluso a creer que el gobierno debe estar compuesto por gente que merece sus puestos. Gulliver considera el hecho que el gobierno llegue a hacer su trabajo tan absurdo y ridículo, que no hace referencia a la mayoría de sus proyectos, lo cual es, está claro, un ejemplo de sarcasmo por parte de Swift.

Gulliver sí ofrece a estos arbitristas políticos una idea de cómo es su país natal, "Tribnia", un anagrama de "Britain" ("Gran Bretaña" en español). Les dice que la mayoría de supuestas conspiraciones en contra del estado son en realidad inventadas por informantes que quieren mejorar sus propias reputaciones. Toda "prueba" que encuentran es también inventada, pero es suficiente para condenar a hombres inocentes. Así vemos que el hecho que Gulliver esté en contra de los yahoos no es algo inesperado. Todos sus viajes están empezando a degradar la opinión de Inglaterra que trató de defender ante el rey de los brobdingnagianos.