Mayella Ewell

Mayella Ewell

Entre la basura y el desorden del jardín de la familia Ewell, se percibe un poco de belleza.

"Against the fence, in a line, were six chipped-enamel slop jars holding brilliant red geraniums, cared for as tenderly as if they belonged to Miss Maudie Atkinson, had Miss Maudie deigned to permit a geranium on her premises. People said they were Mayella Ewell's." (17.64)

Los geranios sugieren que Mayella desea ser mejor que lo que la rodea, poner algo brillante en su mundo opaco, aspirar a cosas más elevadas. Pero cualesquiera que sean las esperanzas y sueños de Mayella, no tiene la oportunidad de expresarlos ante el lector; solo aparece en el juicio de Tom. Y ahí tiene que actuar de acuerdo a un rol: la pobre e inocente mujer blanca, atacada por un hombre negro y diabólico, y que debe ser protegida por un caballero de raza blanca.

¿Flor o maleza?

Mayella es una Ewell y todo el mundo sabe cómo son los Ewell: feos, flojos y sucios —incluso viven al lado de un vertedero. Pero cuando sube al estrado, representa algo totalmente diferente: una flor de "las mujeres del sur", una idea que es en sí misma, según Atticus, una "comedia política" (15.39). Pero para justificar la sentencia de muerte para un hombre inocente, el jurado tiene que creer que es la representación de una mujer blanca y "frágil":

A young girl walked to the witness stand. As she raised her hand and swore that the evidence she gave would be the truth, the whole truth, and nothing but the truth so help her God, she seemed somehow fragile-looking, but when she sat facing us in the witness chair she became what she was, a thick-bodied girl accustomed to strenuous labor. (18.2)

Para condenar a Tom, el jurado tiene que creer, o al menos fingir que cree, en la frágil e indefensa muchacha de la que Tom abusó, en vez de verla como una adolescente solitaria y desesperada que deseaba a ese hombre. No son solo los ideales de las mujeres los que están en juego, sino también los de los hombres:

"I got somethin' to say an' then I ain't gonna say no more. That nigger yonder took advantage of me an' if you fine fancy gentlemen don't wanta do nothin' about it then you're all yellow stinkin' cowards, stinkin' cowards, the lot of you. Your fancy airs don't come to nothin'—your ma'amin' and Miss Mayellerin' don't come to nothin', Mr. Finch-" Then she burst into real tears. (18.167)

El comentario de Mayella sugiere que para que los hombres sean héroes valientes, tienen que creer que las mujeres son víctimas indefensas y tímidas que necesitan protección o venganza. De acuerdo con esta lógica, los hombres correctos tienen que creer la palabra de Mayella por encima de la de Tom, o se arriesgan a que su licencia de hombres sea revocada, porque un hombre se define como 'el que protege a la mujer', no como 'el que escucha con cuidado toda la evidencia y hace juicios racionales y considerados basados en los hechos'.

Bueno, dicho así, no suena muy varonil, ¿verdad?

El cariño de papá

Cuando Mayella acusa a un hombre negro, tiene acceso a los privilegios de las mujeres blancas del sur, a saber, la protección caballerosa de los hombres, sin pedir explicaciones. Si le hubiera dicho a Heck Tate que fue su padre quien la golpeó (y aparentemente la violó, "lo que hiciera su papá no importaba" ), ¿estaría en la corte testificando en contra de su propio padre?

Bueno, quizás, pero seguramente no habría la gran audiencia que acudió para ver a Tom condenado. Entonces, ¿por qué Mayella no dice la verdad acerca de lo sucedido? Bueno, quizás tiene miedo de su padre. Probablemente también tenga otra razón: la culpabilidad por hacer algo innombrable, "besar a un negro" (20.45).

"She did something every child has done—she tried to put the evidence of her offense away from her. But in this case she was no child hiding stolen contraband: she struck out at her victim—of necessity she must put him away from her—he must be removed from her presence, from this world. She must destroy the evidence of her offense. What was the evidence of her offense? Tom Robinson, a human being." (20-43-44)

Al comparar a Mayella con un niño, Atticus señala dos ideas opuestas de lo que significa la condición femenina: sí, dice, es ingenua y débil (lo que es casi lo mismo que inocente e indefensa), pero también se siente culpable por el deseo que siente hacia Tom, lo cual la lleva a cometer el crimen de perjurio.

La versión de Atticus del carácter de Mayella parece razonable en base a lo que hemos presenciado en primera persona cuando testificaba en la corte (aunque por supuesto, todo está filtrado por la perspectiva de Scout; ver "Narrator Point of View" para más información). Podríamos llegar a decir que Mayella está lidiando con el odio hacia sí misma por sentir un deseo que la sociedad señala como inadecuado. Destruyendo a Tom, el deseo queda destruido.

Quizás porque es de la familia Ewell, no ve nada malo en hacer lo que hizo, simplemente lamenta que la hayan descubierto, ahora solamente está tratando de reparar el daño ocasionado a su padre diciendo lo qué el quiere que diga.En cualquier caso, después de la sentencia de Tom, Mayella regresa con sus flores al basurero, y Maycomb deja de prestarle atención. No reaparece en la novela, pero quizás la muerte de su padre le dé la oportunidad de cumplir la promesa de los geranios.